Yo Solo Veo la Oscuridad: Justine, de Jac Ávila, Parte Uno

Yo Solo Veo la Oscuridad: Justine, de Jac Ávila, Parte Uno

por Rich Moreland, Diciembre 2016

Ahora que ya discutimos la novela Justine, y vimos que es lo que Jac Avila se presto para su versión de la historia, estamos listos para analizar la película.

ALERTA SPOILER! El Final de Justine esta incluido en está crítica de cinco partes.

Todas las fotos son cortesía de Pachamama Films/Decadent Cinema. Los nombres de los actores están insertos donde sea apropiado.

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Con una venia a el Marques de Sade, la versión cinematográfica de Justine por Jac Ávila cuenta la historia en flashback y se ajusta a la novela desde temprano.

Sin embargo, la primera escena se aleja de Sade y establece que el film forjará su propio camino de una manera que revela a Justine incursionando dentro de la filosofía libertina que ella supuestamente aborrece.

Esto no quiere decir que Justine abandona su virtud, pero la linea de fondo en esta película es sobre el desafío y empoderamiento que, contrariamente a Sade, requiere a una mujer de fortaleza para soportar su destino.

Jac Ávila pone a la abusada dama en esa trayectoria

Humillación Pública

Justine (Amy Hesketh)  es arrastrada a la plaza del lugar para una flagelo público. Se anuncia que ha sido acusada de prostitución y robo y que pasara la noche en el cepo antes de ser enviada a un destino de labores forzadas.

Prostitución? Sade no menciona nada de eso. Además, tampoco hay humillación pública en el poste de flagelación en su novela.

El oficial a cargo (Gonzalo Konka) no ha terminado aún, porque los crímenes de asesinato e incendio provocado son parte de los cargos. Justine escapó de la cárcel con la líder de una banda, Dubois (Gina Alcon) durante un incendio que supuestamente nuestra heroína lo provoco.

Veintiuna personas murieron y mas tarde Justine es culpada de un Segundo asesinato, el de Madame de Bressac. La desventurada mujer esta condenada.

Los azotes comienzan, la gente cuenta los golpes, y Amy Hesketh inicia esta cinta provocativa de una manera que solo ella puede orquestar. Es una magnífica escena y otro triunfo cinematográfico para una actriz/directora cuyas actuaciones artísticas las hemos pasado por alto.

Noten la posición de crucificada de Justine como criminal. Esto es importante porque la película tiene un trasfondo religioso que desafía a la iglesia.

A propósito, después de recibir el latigazo treinta y nueve Justine se desmaya y tiene que ser revivida. Tengan en cuenta que el numero 39 es significante para entender el film y será mencionado mas tarde.

La Iglesia Medieval

Esto nos lleva al cargo de prostitución. Porqué está ahí?

No es parte de la historia de Sade, pero su inclusión aquí tiene sentido si recordamos que Sade es un ateo y condena a la Iglesia Católica como la charlatana de narrativas ilusorias. (Ver Justine, Parte Uno: La Novela)

Por otro lado, la versión cinemática de Jac Ávila de la obra Justine,  no abandona la ideología Cristiana, sino que escoge confrontarla, particularmente en cuanto a su actitud hacia las mujeres.

Es la virtuosa Justine, convertida en una moderna versión de María Magdalena, la supuesta mujer de la noche, la encargada de argüir este punto?

De ser así, la escena de la flagelación con el cura parado ahí nos dice dos cosas que le dan el tono a la película.

Primero, se pone en duda en como vemos a la doctrina de la iglesia cuando se trata de la causa femenina. Después de todo, no hay ninguna evidencia bíblica de que María Magdalena era una adúltera o que se ganaba la vida con el sexo, aunque la Iglesia Medieval y patriarcal insinúe lo contrario.

Sin embargo, la mujeres son consideradas ciudadanas de segunda clase, aparte de la Virgen María. Ella evita lo que los curas aborrecían a principios del medioevo, la mujer sensual. Después de todo, ella nunca tuvo sexo.

Jac Ávila desafía el punto de vista minimalista sobre la mujer en dos otros personajes en la narrativa, Rosalie (Mila Joya) y Omphale (Beatriz Rivera), quienes están presentes durante el castigo de Justine.

Rosalie, Omphale, y Justine comparten el vinculo de la tortura y el dolor, un punto que se vuelve mas importante cuando la película se concentra en Rodin y su entretenimiento con el sexo débil.

De hecho, las muchachas ven nerviosas un castigo que ya les es familiar.

Lo que nos lleva al segundo tema del film: La mujer empoderada. La Justine de Jac Ávila no es la inocente desventurada de Sade que implora a la Gracia de los Cielos a que la salven.

Ella tiene su propia voluntad que la lleva a problemas auto creados por lo que ella paga al final.

Pero veremos mas de este punto de vista feminista mas luego.

Puedes Morir Solo Una Vez

Después de su sangriento castigo, Justine es puesta al cepo a esperar el amanecer.

Los espectadores son informados que cuando salga el sol, la ejecución de Justine será definida, ya que ella solo tiene “una vida que dar” De nada sirve los años de labores forzadas de la sentencia original.

Juliette (Cortney Wills), una testigo del castigo, se acerca a Justine y le toca la mejilla, preguntándole como es que “tu, de tan dulce rostro, te encuentras en tan terrible situación”

Justine, con lagrimas en los ojos, le responde que si ella contara su historia, “acusaría a La Mano Divina y no me atrevo”

Los dictados de su inmutable fe son entendibles, aunque algo exagerados. Pero hay mas. Los problemas de Justine los crea ella misma. Incluso los que para quienes conciben a Dios como el Gran Hacedor, (popular con los Deístas del tiempo de Sade), la miserable desgraciada tiene que cargar con algo de la responsabilidad.

Sade estaría en desacuerdo, pero la mirada alternativa de Jac Ávila de una Justine empoderada pasa por encima del aristócrata Francés.

Hay que recordar que empoderamiento significa poder elegir.

Libras de Carne

El verdugo (Eric Calancha) pone de lado el látigo y sodomiza a su indefensa víctima.

Rodin (Jac Ávila como actor) se acerca a  Juliette y se presenta. Ella responde con “Madame de Lorsange.”

Hasta ahí, el Verdugo ha terminado con su libra de carne, por lo que Rodin se disculpa respetuosamente, para ir tras el cepo y tener su propia tomada sádica de Justine. Juliette observa pacientemente y totalmente entretenida.

Desafiando toda plausibilidad, Justine comienza calmadamente mientras Rodin la arremete con saña.

Aparentemente, violación por vía anal a manos de un pedófilo da inicio a una conversación casual. Es una parodia a Sade, por supuesto, cuya narrativa sobre las desventuras de Justine es tan Outré que puede generar risas.

Pero, ¿parodia Jac Ávila a la Iglesia de una manera que Sade la ignora?

Si esto no es suficiente Grano para el Molino, consideren los flashbacks en la película hecha por los narradores. Justine, y mas tarde Juliette, rompen la cuarta pared y hablan directamente a la cámara, involucrando a la audiencia con un método mas directo que la simple narrativa literaria en primera persona.

Que pasa aquí?

Bastante, en realidad, y esto construye un film entretenido y altamente recomendable.

En el próximo articulo veremos en detalle a Dubois, Saint-Florent, and Bressac.

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