Barbazul, relatos de una premier

Eran las siete de la noche de un martes 9 de octubre cuando el taxi paró frente al Multicine, en la Avenida Arce. Amy Hesketh, la directora de Barbazul y Jac Avila, el protagonista, bajan del automóvil para comenzar una noche llena de ansiedades, celebraciones, sorpresas y encuentros pre destinados. Lo primero fue una entrevista con dos radios. Una mesa en la parte subterránea del Multicine, donde se encuentran las salas, se convierte en el escenario de la entrevista simultánea para Radio Paris y Metropolitana.

Llegaron las preguntas. La primera fue a Jac, lo más básico, la que todos hacen, sobre que trata Barbazul y la respuesta algo ampliada, la misma que ya ha sido publicada una y otra vez, la que sale en cada emisión televisiva, la misma de siempre, la adaptación del cuento “Le Barbe Bleue” a nuestros tiempos a nuestro lugar, el lugar que habitamos, La Paz. No es una adaptación a la realidad boliviana porque Bolivia es diversa y no se puede hablar de una realidad sino de muchas, variadas realidades.

Amy habló sobre el desafío que se le presentaron al hacer Barbazul, principalmente las locaciones. Ella tenía una idea específica de cómo debe ser el castillo… la hacienda, el territorio de su personaje central, Barbazul. Y gracias a la sugerencia del productor asociado y actor Beto Lopez, se encontró la Hacienda Chivisivi, en el valle de Sapahaqui, a algo más de una hora de La Paz.

El otro desafío, encontrar las actrices para los papeles de las esposas o novias, papeles que son difíciles de asumir dadas las características de la película, las escenas de desnudos, sexo y violencia. Cuenta como encontró a Erika Saavedra, como entraron Mila Joya y Paola Terán, y porqué escogió trabajar nuevamente con Veronica Paintoux. También menciona el papel que se dio a sí misma.

A la periodista le interesaba saber el secreto de cómo hacen tantas películas en tan poco tiempo, si apenas pasaron unos meses desde que estrenaron Maleficarum y ahora están estrenando Barbazul. Jac explicó que no hay secretos, que hay un método que funciona. “para hacer una nueva película usamos los recursos que nos dan las anteriores. Eso es todo. Nunca hacemos una película con un presupuesto que no podamos recuperar. Mientras rodábamos Barbazul, Sirwiñakuy estaba en cartelera, los fondos que generaba eran directamente puestos a la producción de la nueva película.

En el caso de Maleficarum, en una semana recobró toda la inversión en efectivo y en dos semanas la duplicó, y ese monto se lo puso en la producción de una nueva película, Dead But Dreaming. (Hasta el presente, ya un año después de su estreno mundial, Maleficarum a multiplicado sus ingresos por mas de 10 por cada dólar invertido.)

“Trabajamos como un estudio de cine pero en pequeño” terminó explicando mientras miraba a las escaleras mecánicas donde podía identificar a algunos de los invitados a la premier. “Producimos, ganamos e invertimos nuevamente. El día que la gente deje de adquirir nuestras películas, será el día que dejemos de producir.

Después de agradecer a las periodistas por su entrevista, Amy y Jac se van a dar encuentro a los invitados que llegan y comienzan a formar una larga cola para entrar a la sala. Abren las puertas de la sala 6 y en muy poco tiempo la misma se llena. Hay rostros conocidos, mucho desconocidos, varios de los que se ganaron unas invitaciones en los concursos del Multicine, muchos invitados especiales, otros simplemente amigos y familiares. Se nota la ausencia de Erika Saavedra, que estaba en Oruro y Veronica Paintoux, que vive en Francia.

Jac da la bienvenida, habla un poco sobre la película e introduce a Amy, que agradece a sus actrices por la tremenda labor en Barbazul y al publico por su presencia. Se apagan las luces, comienza la función. Llegan muchos tardones que se pierden el crítico comienzo de la historia, lo que da sentido a todo el resto. A mas de diez minutos de proyección siguen llegando.

En la primera escena nos enteramos que Barbazul es un asesino cruel. De ahí en adelante y por un buen tiempo vemos su lado bueno, su lado seductor, su lado tranquilo hasta sensible y bondadoso… esto es hasta ese momento cuando cae la primera víctima. Los murmullos de la audiencia se escuchan.

En Bolivia no hay una cultura de guardar silencio en la sala de cine, y me imagino que es lo mismo en un teatro. La gente habla, no todos, pero muchos. Y los comentarios están ahí, llegando directamente a los oídos de los que están en las butacas de adelante. “imagínate hacer eso con tu marido” dice una voz femenina en una escena particularmente erótica.

Los momentos de tensión son rotos a veces con las risas por el lado del humor negro de la película de Amy, cuyo humor se lo puede describir como de la misma naturaleza de Steven King, su compatriota y vecino, si se puede llamar vecindad al enorme y casi vacío territorio de Maine de donde proceden ambos.

Alguno comenta que se siente como un voyeur espiando la vida de éstas personas que hacen el amor como si estuvieran solos, en su mundo privado y no frente a cientos de personas que los observan desde la oscuridad como si fueran moscas escondidas en un hueco de la pared o del techo, de donde se tiene un panorama exquisito de las acciones de Barbazul con sus esposas o novias o prometidas.

La película llega a su sorprendente, inesperado y por lo mismo incomodo final. Pasan los créditos y hay un absoluto silencio hasta que pasa la última línea de los créditos, la que se refiere a los derechos de autor. Antes de que se enciendan las luces la audiencia rompe en un prolongado aplauso adosado con una fuertes y cariñosos bravos.

Jac toma la delantera, se para frente a la pantalla e invita al elenco a que bajen a recibir los aplausos de la audiencia. Poco tiempo después todos salen, poco a poco, felicitando a los actores, a la directora que posan para fotos, conversan, saludan y reciben besos y mas besos. “Que ojos mas siniestros” dice una señora a Jac. “muy buena la caracterización” dice otra.

Ya fuera de la sala, hay mas fotos por tomar, de pronto el elenco está rodeado de fotógrafos, todos quieren una fotito con los protagonistas. Juan P comenta sobre la película: Me encanta como la historia hace un circulo completo y al final el circulo se cierra, es un verdadero final… Muy buena. Rodrigo L matiza sobre los aspectos psicológicos de la trama, haciendo notar que todas las películas producidas por Pachamama Films trabajan esos aspectos con profundidad.

Así va terminando la noche. El elenco, la directora, algunos amigos caminan lentamente la Avenida Arce rumbo al Puente de Las Americas para llegar, como caravana de peregrinos, a la casa de Jac y Amy para compartir un poco, celebrar los cumpleaños de dos de ellos e intercambiar impresiones del momento. Todos están contentos, hay excitación en el ambiente y sed de ron. El chaqui queda para el día siguiente.