Olalla es una adaptación libre, traída a nuestros días, que recurre a la memoria colectiva y que encuentra en sus escenarios un terreno fértil para generar el ambiente de tensión que requiere la puesta en escena. Siendo ésta la cuarta película de Hesketh, se aprecia madurez en su trabajo y fidelidad a su oficio.
Olalla, horror adaptado hecho en Bolivia
Por Claudio Sánchez – Crítico de cine
Publicada en Periodico Cambio (7 de febrero, 2015)
Un año antes de que Robert Louis Stevenson publicara El extraño caso de doctor Jekyll y el señor Hyde, este escritor nacido en Escocia publicaba en 1885 la historia de un soldado herido que retorna a España, donde conoce a una bella joven, hija del anfitrión que oculta más de un misterio, este relato se titula Olalla.
Amy Hesketh adapta la obra de Stevenson y la lleva a la pantalla grande en dos tiempos: la ciudad de La Paz actual y una hacienda a finales del siglo XIX. En principio se entiende que Olalla, el personaje principal interpretado por la propia Hesketh, puede ser un vampiro.
El diálogo introductorio que utiliza a Nosferatu de Murnau como pretexto y espejo donde verse, sabiendo que el vampiro no tiene reflejo. Esto permite descubrir el terror con una invitación a encontrar las referencias cinematográficas en la película.
Una historia de criaturas monstruosas que han sobrevivido al pasar de los años, una familia que en pleno siglo XXI conserva sus formas y castigos. La representación de la represión matizada con la ingenuidad de un romanticismo subyacente que se acerca a la cursilería —típica de los vampiros de hoy— ponen de manifiesto el conflicto de querer ser una persona normal y alejarse de sus propios orígenes.
Olalla es una adaptación libre, traída a nuestros días, que recurre a la memoria colectiva y que encuentra en sus escenarios un terreno fértil para generar el ambiente de tensión que requiere la puesta en escena.
Siendo ésta la cuarta película de Hesketh, se aprecia madurez en su trabajo y fidelidad a su oficio. Olalla afirma la intención de reinterpretar cierta literatura y llevarla al cine, pero también pone en evidencia la necesidad de generar una obra autorreferencial, donde productor y directora puedan citarse a sí mismos.
El filme pude ser apreciado en la Cinemateca Boliviana, desde hoy hasta el miércoles a las 19.30 y 21.30. Este espacio cultural está ubicado en la calle Rosendo Gutiérrez, esquina Óscar Soria.
